jueves, 1 de abril de 2010

Tensión sexual muy mal resuelta

No es el título original pero debería serlo. La última película de Miguel Ángel Lamata, Tensión sexual no resuelta, parecía prometer con un trailer caóticamente organizado en el que se mezclaban algunos de los elementos más taquilleros del cine juvenil: chicas guapas, sexo, personajes extremos y tramas erótico-sentimentales. Pues eso está pero no hay nada más. No se puede negar que las chicas son muy guapas y que el sexo vende pero con eso no se hace una película de hora y media. Cierto es que tiene algunos puntos de comedia bastante aceptables como la escena a lo "Romeo y Julieta" moderna interpretada por Joaquín Reyes, no obstante, la mayor parte del tiempo deja bastante que desear. Pero no adelantemos acontecimientos, como diría Jack El destripador, "vayamos por partes".

El reclamo, casi exclusivo, de la película son las caras conocidas de actores y actrices televisivos que, por desgracia, no consiguen levantar el argumento y convencer al espectador. Comencemos con la presentadora Pilar Rubio que, literalmente, brilla por su ausencia. Su personaje narra los hechos desde el más allá, nunca mejor dicho, y ella no tiene mucha oportunidad de lucirse con un papel que más bien podríamos considerar un cameo. La otra gran "estrella", Amaia Salamanca, consigue elevar un poco el nivel interpretativo del film aunque realmente el actor más destacado, con diferencia, es Adam Jezierski. El jovencísimo actor de Física y Química, para muchos un recién llegado desconocido, sorprende realmente con una gran capacidad interpretativa frente a unos compañeros de reparto un poco desafinados y exagerados.

En cualquier caso, no toda la culpa es de los actores. Con un guión tan previsible lo extraño hubiera sido que la película fuese mejor. La trama se puede resumir en dos líneas: Chica abandona chico que, desesperado, busca la ayuda de un caradura que le ayude a recuperarla. Los dos descubren que hay una "víbora" implicada que hará lo posible por fastidiarlos. El resto del reparto simplemente se dedica a enredar la situación. No hay más.

Sin embargo, hay que reconocer que Tensión sexual no resuelta tampoco pretende ser una gran obra maestra del cine español. Su único objetivo, bastante evidente, es entretener y hacer taquilla por el camino. De momento, parece que no le está yendo muy mal ya que es el mejor estreno español hasta el momento, con más de 115.000 espectadores en su primer fin de semana. Usando la formula ya explotada hasta la saciedad en el cine americano adolescente, la película intenta llenar las salas de quinceañeros con las hormonas muy alteradas que aspiran a ver desnudas a Pilar Rubio o Amaia Salamanca. Si pertenece a este grupo que no ha resuelto aún su tensión sexual, acuda al cine a verla. Aunque, siento comunicar a los fans de la presentadora de ¡Más que baile! que con ella ni siquiera tendréis esa suerte. El que avisa no es traidor.

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