domingo, 11 de abril de 2010

Águila roja vuela de la parrilla, por ahora

Intento de asesinato, escena de amantes en cama pillados infraganti, un reencuentro inesperado con el pasado y hasta una boda entre hermanos. Así, por todo lo alto, se despedía la segunda temporada de la serie más vista de este año, Águila roja. Más de 6,5 millones de espectadores se pegaron a sus pantallas para ver saber si Juan sobrevivía y volvía a casa con Margarita o si el comisario Hernán se casaría con Irene. Muchas incógnitas que estaban abiertas se resolvieron aunque, al no ser el final de la ficción de Globomedia, también se vislumbraron algunas tramas que darán mucho juego la próxima temporada.

La traición de Satur con el dinero del rescate es el punto de partida del capítulo. Aunque huye hacía el sur, la aparición de Alonso en el carro hace cambiar de opinión al siervo que decide entregar el dinero a los portugueses. Desgraciadamente, les roban y, cuando llegan a la fortaleza donde debía hacerse el intercambio, son arrestados.
Mientras, la boda entre el comisario Hernán y la sobrina del Cardenal, Irene, sigue su curso a pesar de que ninguno de los contrayentes está realmente enamorado del otro. Lucrecia, que sí ama a Hernán y es de armas tomar, urde un plan para evitar la boda haciendo que Irene escape con el jardinero. La vida de su futuro marido, entretanto, sufre un "pequeño" percance. El Cardenal contrata un asesino a sueldo para acabar con él y hacerse con el medallón. Por unos breves momentos, el comisario aparece muerto ante el espectador que asiste estupefacto ante el sufrimiento de Lucrecia al ver así a su amante. Poco después, se descubre que todo es un engaño y Hernán y la marquesa acaban en la cama.
Las cosas están que arden en la Villa y en las afueras. Justo cuando van a fusilar a Satur, a Juan y a Alonso, la acción se apodera del capítulo y comienza la lucha en la fortaleza. Águila aparece en escena y empiezan a caer los portugueses como moscas. Durante la batalla, antes de que llegue el séptimo de caballería, Juan recibe un disparo. La siguiente escena, muestra ya la Villa con los soldados y nuestros protagonistas en casa. Este salto tan brusco en el guión es la pésima técnica que utilizada para mantener la tensión en casa. Finalmente, como era de esperar, los novios se reencuentran bajo la atenta mirada del pobre Gonzalo que vuelve a ver cómo Margarita escapa de sus brazos.

Apenas quedan unos pocos minutos que determinarán la tercera temporada. Tras el fracaso del plan de Lucrecia, la sobrina del Cardenal acude a ver a su tío porque no quiere casarse con Hernán. El comisario está solo ante el altar esperando a Irene que, increiblemente, acaba apareciendo vestida de novia del brazo de su tío. ¿Por qué? Ésa es la pregunta clave que, de momento, no tiene respuesta. No obstante, no es el único interrogante en el aire. Margarita recibe una inesperada y desagradable visita, su marido. ¿Cómo afectará a su relación con Gonzalo? ¿Se romperá el compromiso con Juan? Además, como si el espectador fuese tonto, se descubre en el último momento que la hermana perdida de Gonzalo y Hernán es Irene. ¿Se consumará el incestuoso matrimonio?

Así, sin escatimar ni un segundo finaliza la trepidante segunda temporada. Por delante, las venturas y desventuras de dos hermanos casados, un trío (casi un cuarteto) amoroso en ciernes y, muchas, muchas más incógnitas. Lamentablemente, habrá que esperar para saber cómo se resuelven las cosas en la Villa del Águila Roja. Ojalá no sea mucho tiempo.

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