domingo, 3 de octubre de 2010

Discurso graduación primera promoción de Periodismo en Vicálvaro

Autoridades, profesores, compañeros, familias, amigos, bienvenidos.

En primer lugar, me gustaría comenzar este discurso recordando a todos los compañeros que en 2005 comenzaron este viaje con nosotros. A los que no han podido asistir a este acto de graduación por las normas protocolarias de la Universidad y a los compañeros que, por motivos personales o laborales, se quedaron en el camino. Este día, aunque no puedan estar físicamente aquí, también es suyo y todos sentimos que son tan protagonistas como nosotros. Por eso, estas palabras también son para ellos.

Parece que fue ayer cuando llegamos por primera vez a esta facultad. Recuerdo perfectamente ese día, en la presentación de ‘Análisis del entorno social y su evolución histórica’. Vamos, lo que luego todos llamamos simplemente Historia. La clase estaba abarrotada, hubo mucha gente que tuvo que quedarse de pie. Todavía puedo vernos allí a todos, un poco despistados e inseguros antes de entrar, pensando “¿a quién me acerco? Ese tiene pinta de raro…”

Pero poco a poco, nos fuimos arrimando a algún compañero y descubrimos que todos estábamos en la misma situación. Ese día nacieron muchas de las amistades que se han ido consolidando a lo largo de estos cinco años. Surgieron grupitos, como pasa en todas partes, pero siempre hemos estado unidos cuando ha hecho falta y eso es algo de lo que podemos estar muy orgullosos.

Si echamos la vista atrás, podemos visualizar miles de momentos inolvidables, tanto dentro como fuera de clase. Quien no recuerda en tercero, el día que tuvimos que coger un autobús hasta Fuenlabrada, como si fuéramos de excursión, para dar nuestra primera clase en un plató de televisión; el día que pudimos estrenar el nuevo estudio de radio; la primera (y última) fiesta universitaria que se organizó en el césped de la facultad… o el primer examen que hicimos: ‘Estructura de la Comunicación’. Jamás había tenido tanto pánico antes de un examen. Estuve recortando y aprendiéndome noticias durante cuatro meses, estudié como una loca apuntes y libros y cuando vi las preguntas que tenía que responder pensé que era el profesor más duro (por no decir otra palabra que ahora se me viene a la cabeza) que había conocido en mi vida.

Sin embargo ahora, con distancia, me da la impresión de que, gracias a él, aprendí que hay que esforzarse y luchar porque nadie nos lo va a poner fácil. Por eso, ahora me gustaría recordar al profesor que la impartía, Álvaro Pérez-Ugena, fallecido el pasado 29 de mayo, uno de los mejores y más exigentes que hemos tenido en la carrera.

Por supuesto, a lo largo de estos cinco años, han sido muchos más los que han apostado por nosotros. Profesores como Manuel Gertrudix de TDI, Pablo Sánchez de Industrias Culturales, o Pablo Prieto, hoy presente para darnos un pequeño discurso. Algunos, como Alfonso de la Quintana, profesor de Empresa de Comunicación Periodística, nos han dejado instantes memorables con sus explicaciones sobre ‘cómo dar un buen braguetazo’ o sus consejos a la hora de enfrentarnos al mercado laboral. Gracias a ellos y al resto del profesorado porque, sin su ayuda, no habríamos llegado hasta aquí.

Además, me gustaría hacer una mención especial para Salva. Técnicamente no es profesor pero para nosotros es casi una institución. Gracias a él aprendimos a utilizar una cámara, a montar un trípode, a editar y a montar vídeos en Avid. Todos estuvimos de acuerdo en que saliera en nuestra orla porque consideramos que es una de las personas que más nos ha enseñado. Siempre se volcó con nuestra clase, pero su modestia pudo más y no quiso salir. Ahora, Salva, no te libras de que te hagamos el reconocimiento que te mereces. Gracias por tu paciencia y tus conocimientos prácticos. Sin ti no sabríamos ni como encender una cámara. Has sido parte fundamental en nuestra formación académica.

No obstante, la Universidad no son sólo clases, exámenes y trabajos. Es mucho más. Es una experiencia en la vida que comienzas compartiendo con desconocidos que, con el tiempo, llegan a ser grandes compañeros y amigos. Y no sólo dentro de las aulas, también fuera de ellas. En viajes, como los de Punta Cana, Cancún o Berlín, en fiestas hasta altas horas de la madrugada, en cenas y cañas o simplemente pasando el rato en el césped o en la cafetería. En nuestra memoria quedará grabado el día que pasamos todos juntos de Capea el pasado 13 de junio. Estoy segura de que a ninguno se nos olvidará.

Sin embargo, además de estos buenos momentos, también hemos tenido otros, que nos han hecho crecer y luchar por lo que queríamos. Costó un poco que llegasen las asignaturas optativas relacionadas con nuestra carrera pero, tras muchas conversaciones y reuniones con la Universidad, llegaron. Esta pequeña batalla, que ha allanado el terreno a las promociones que nos siguen, nos fue uniendo y, entre nosotros, se creó un vínculo y un sentimiento de diferenciación.

Creo que hablo en nombre de todos, cuando digo que estamos orgullosos de ser los primeros periodistas de Vicálvaro. Con lo bueno y con lo malo, ser pioneros en esta facultad, llena de economistas y abogados, nos ha hecho diferentes a cualquier otra promoción de esta Universidad. Para nosotros, que comenzamos nuestros estudios aquí de cero, literalmente, y que hemos visto como la facultad crecía y se iba adaptando a nuestra licenciatura, es algo muy importante. Por eso, le insistimos tanto a la Vicedecana de alumnos, Araceli Rodríguez, en realizar este acto de graduación en Vicálvaro. Creíamos que era un acto de justicia con esta facultad en la que hemos pasado tantos y tan buenos ratos juntos. No queríamos celebrar este día, rodeados de decenas de compañeros extraños en un lugar que no habíamos pisado antes. Nos plantamos y no se lo pusimos fácil a la Vicedecana pero, finalmente con su apoyo, conseguimos estar hoy aquí. Por todo ello, muchas gracias Araceli.

Por supuesto, tampoco puedo dejar de acordarme, en estos momentos, de las personas que han hecho posible que hoy estemos aquí, nuestros padres y nuestras familias. Porque sin su apoyo y ayuda, sin sus ánimos y consejos, sin ellos, en definitiva, no habríamos podido llegar hasta el final. Gracias por aguantar nuestros nervios el día antes del examen (porque seamos sinceros, todos nos estresábamos únicamente el día de antes), gracias por pagar la matrícula todos los cursos (esto ha sido fundamental), gracias por estar ahí.

Han sido cinco años en los que hemos crecido juntos, aprendiendo y luchando por conseguir hacer realidad el sueño de ser buenos periodistas. Aunque pasamos más tiempo en la cafetería que en esta biblioteca, conseguimos sobrevivir a asignaturas como Introducción al derecho, Principios de economía o Documentación informativa, y ahora estamos algo más cerca de lograr nuestro objetivo.

Con esfuerzo y buen humor fuimos superando todos los obstáculos y exámenes para llegar a lo que parece el final de una etapa. Sin embargo, no debemos ver este día como el último sino como el primero de la que, de ahora en adelante, será nuestra profesión. Sabemos, tal y como están las cosas, que no será tarea fácil pero quién dijo que ser periodista fuese fácil. Ahora nos toca salir ahí fuera y demostrar que estos cinco años han servido para algo. Podemos hacerlo. Es nuestro momento.

¡Felicidades primera promoción de periodistas de Vicálvaro!